Aprendé a optimizar la definición de objetivos
Hola otra vez a nuestros fieles lectores, que nos siguen sin condiciones en nuestra ruta hacia el liderazgo empresarial. Hoy vamos a compartir la guía estrella cuando se trata de armar objetivos. ¿Te suena eso de Objetivos Smart? Smart es una interesante palabra, si la traducimos del inglés significa “inteligente”. Pero acá la vamos a desmembrar como sigla, aprovechando esta fórmula para sentar los objetivos de tu proyecto. Imaginate una metodología para redactar tus objetivos de forma optimizada. «SMART» es justamente eso. Con esto tu equipo puede alienarse con los objetivos de tu empresa y a vos te facilita una fantástica estructura para poder hacerlos realidad.
¿Qué son los objetivos SMART?
El término objetivos SMART surgió allá por los ‘80 en la revista Management Review, en un artículo de Gorge T. Doran que decía “There’s a S.M.A.R.T. Way to Write Management’s Goals and Objectives” (¿flojo en inglés? = “Hay una manera inteligente de escribir metas y objetivos”). El artículo iba de este tema de los objetivos y de lo difícil que puede volverse establecerlos. Las metas SMART sirven para guiar a los jefazos en este proceso de establecimiento de objetivos en su empresa.
O sea, los objetivos SMART son tus mismos objetivos que ya venías mascando, pero mejor ordenados a través de esos parámetros inteligentes. No va de objetivos solos, sino de esos objetivos + un plan de acción para alcanzarlos, con puntos importantes bien claros y un plazo de tiempo marcado (now we’re talking!).
Lo de «inteligentes» es porque esta metodología te ayuda a redactar objetivos de una forma más efectiva. Acá no hay lugar para ambigüedades o cosas un pelín fuera de foco. Por supuesto, un objetivo SMART se orienta hacia el éxito y el crecimiento de la empresa, pero aprieta un poco más y nos pone las pilas de una manera especial. Ahora vas a ver.
¿Para qué sirven los Objetivos SMART?
El establecimiento de objetivos en una empresa es importante para no perder el norte en el trabajo diario. Te sonarán expresiones del palo: “lo urgente le quita el lugar a lo importante”, “acá todo es para ayer”, “correr detrás del objetivo” … Fijar objetivos de manera “smart” nos hace tener presente aquello que debemos conseguir y en el timing que nos hayamos dado. O sea: CLARIDAD y ORDEN al poder.
Otra de las ventajas es que facilitan que todo el equipo reme para el mismo lado, porque realmente saben cuál es el motivo que hay detrás de lo que hacen. La cohesión de equipos permite enfocar la energía y aprovechar mejor los recursos que tenemos.
10 cosas que mejora la metodología SMART
- La visión de tu empresa
- La planeación
- El enfoque y prioridades
- El control de tus recursos y presupuesto
- La comunicación y la claridad
- La gestión del tiempo
- La cohesión de equipos
- Los procesos
- La estrategia
- Las ventas
Paso a paso: ¿cómo se redacta un objetivo inteligente?
Este modelo se compone de pautas que salen de su propio nombre, en el que cada letra identifica un aspecto importante a la hora de plantear nuestro objetivo SMART. Así:
Objetivos Específicos (Specific)
De cuanta más información dispongas, más sencillo será para vos y tu equipo alcanzar los resultados que buscan. Evidentemente, ese trazado de ruta quedará más claro cuanto mejor sepamos a dónde queremos llegar (navegante sin rumbo = desayuno de tiburones).
Si estás al frente del equipo o estás en una posición en la que tomas decisiones estratégicas, con los objetivos SMART podrás ver qué recursos que tenés o si te falta algo más para que las cosas acaben de cuajar.
Objetivos Medibles (Measurable)
Para que una meta sea claramente un objetivo, necesitás tener una forma cuantitativa de medir que la has alcanzado efectivamente. Para eso, hay que involucrar a los números en la ecuación, por ejemplo, porcentajes o cantidades exactas. Si tu objetivo es captar más leads, escribí claramente: «aumentar la captación de leads en un 22%».
«Aumentar el número de clientes», así, a lo vago, es un ejemplo de objetivo mal redactado, o poco “SMART”, ¿capisci? Tenés que hacer un análisis de los clientes actuales, de los que querés conseguir, así como del número total de clientes al que querés llegar un determinado período de tiempo. Datos, datos, datos.
Objetivos Alcanzables (Achievable)
Que lindo que es desmelenarse y entusiasmarnos a soñar. Pero pero pero… tenemos que ser realistas al establecer lo que deseamos lograr.
Por ejemplo, si tu negocio viene creciendo un 5% anual, decir relajadamente que tus ventas aumentarán a 30% para el próximo año sería engañarnos y luego vienen los estrellamientos contra muros durísimos.
Los números objetivo que elijas establecer tienen que estar respaldados por hechos. Esto lo podés obtener de tus propios balances o de investigaciones de tu sector.
Objetivos Relevantes (Relevant)
He aquí el gran fallo de muchas empresas: hacer por hacer sin tener en cuenta la calidad, y además con acciones que no son sostenibles en el tiempo, precisamente porque les falta esa sustancia. El antídoto para no caer en el error es el compromiso, por parte tuya y de tu equipo. Nos comprometemos a conseguir leads, no porque publicamos mucho, sino porque el contenido es de calidad. Nos comprometemos a crecer más el siguiente año, no porque ahorramos en costes, sino porque le estamos aportando más valor al cliente.
Objetivos Temporales (Timely)
Esta parte es clave. Así como se debe acompañar los objetivos de números y porcentajes, también deben tener una fecha de comienzo y otra de fin al lado para que sea SMART. Si el objetivo no está enmarcado en lapsos de tiempo, el compromiso o la motivación saldrán volando por la ventana. ¿Verdad que parece que hay algo mágico en los deadlines que te da como esa patadita en las pompis para lograr las cosas?
Diferencia entre objetivos SMART y metas SMART
¿Es exactamente lo mismo una meta que un objetivo? No. Si bien ambos son cosas relacionadas con conseguir algo en el futuro, son diferentes porque la meta es tu visión de a dónde querés llegar; mientras que los objetivos son los pasos para llegar ahí. Por usar la misma analogía de la travesía por el mar que tanto nos gusta: las metas serían el puerto, los objetivos la brújula. Las metas pueden ser más generales (incluso una meta puede cumplirse o no, o puede cambiar por el camino, no pasa nada), pero los objetivos siempre deben llevarse a cabo. ¿Lo tenés?
Por ejemplo, ¿cómo transformarías el típico objetivo volado de: “Este año vamos a aumentar las ventas” en SMART»? Sería algo como: “Mejoremos el posicionamiento de marca, aumentemos 20 % la fidelización y 20% el seguimiento postventa, entre enero y marzo”.
¿Cómo? Con la participación de las áreas de marketing, ventas y servicio. Cada una tendrá objetivos SMART alineados a la meta que se quiere lograr.
Tres ejemplos de objetivos inteligentes o SMART
1. Mejorar la motivación del equipo
Por ejemplo: “Quiero tener trabajadores más enfocados, más productivos y al mismo tiempo más felices”. Desde luego este es un buen objetivo, pero planteado así todavía le falta para ser SMART. A ver:
- S: lograr que los trabajadores sean más productivos y estén contentos
- M: que acaben antes, 17hs máximo + aumentar un 10% la productividad.
- A: optimización de tiempos de trabajo
- R: capacitación sobre gestión del tiempo y auto liderazgo
- T: para el primer trimestre del año.
2. Aumentar los suscriptores de la newsletter
Otro ejemplo: «Quiero llegar a tener 1000 suscriptores más para nuestra newsletter». ¿Utópico? Puesto así lo parece, pero fijate si detallamos más pasándolo al modelo SMART:
- S: aumentar a 500 el número de suscriptores.
- M: alcanzar el porcentaje promedio de avance.
- A: pasar de 100 a 1000 empezando por 500.
- R: campaña a través de Instagram + mailing.
- T: desde comienzo de año hasta marzo.
3. Acciones sociales para valorizar la empresa
Último: “Reflejar nuestro compromiso de empresa sostenible con políticas y acciones de responsabilidad social”. Muy bueno, quizá un poco vago todavía. Pasémoslo por la plantilla y a ver qué pasa…:
- S: impulsar 6 nuevas acciones de responsabilidad social
- M: 1 evento al mes.
- A: ofreciendo invitaciones a colaboradores en nuestros eventos.
- R: aumentar nuestros prospectos interesados.
- T: en los próximos 6 meses.
Conclusión: optimizando la definición de objetivos
Como vimos, definir objetivos de forma inteligente nos permite afrontar las tareas de todas las áreas de la empresa siendo más eficientes y productivos. Sabemos qué es lo que tenemos que hacer en cada paso, nos mantenemos enfocados y no nos interrumpen las típicas distracciones y procrastinaciones que salen de no tener un objetivo claro.
Post-data: menos estrés, gestionamos mejor nuestros recursos y cuidamos que todo el equipo esté remándola para el mismo lado.
Cambiá pensar por pensar a pensar estratégico. Si te acostumbras a pensar SMART siempre serás estratégico. Un negocio que actúa estratégicamente destaca, se posiciona, crece y se diferencia de su competencia. Todas cosas que nos re interesan. ¿Are you ready? “¡Quiero ser más SMART!”
Muchas gracias por leer hasta acá. El equipo de NowMarketing
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